Ayer tuve una muy buena conversación con un gran amigo y cliente.
Repasamos el pasado, presente y futuro de su empresa y salió una historia que rápidamente enlazamos con la situación actual de Cristiano Ronaldo.
Por lo interesante e instructivo de la misma, te comparto brevemente la historia y te extraigo dos lecciones que seguro te hacen pensar.
Una sobre autoestima y otra sobre gestión de situaciones conflictivas.
Vamos a ello.
Se trata de una empresa, que a nivel financiero, productivo y operativo van como un cohete, con un crecimiento sólido.
La amenaza, si hiciéramos un DAFO, la tienen dentro.
La empresa está trabajando el relevo generacional de la dirección.
Están formando y puliendo el liderazgo de los futuros directivos.
Pero arriba no todos están alineados con el plan de sucesión.
Concretamente, hay un Cristiano Ronaldo, que ha contribuido sobremanera al éxito del negocio.
Y este jugador estrella, ahora está viendo como los jóvenes comienzan a superarle en muchos aspectos.
Lejos de alegrarse por ello, parece lo contrario. Se agarra más fuerte a su silla y trata de hacerse valer, midiéndose con los jóvenes.
Creando una grieta interna y una rivalidad tóxica que contagia al resto del equipo.
Una situación muy complicada e innecesaria, que podría arruinar lo que debería ser una salida triunfal y con todos los honores.
En el futbol por desgracia es muy común y noticiable el ver a grandes estrellas salir de sus clubes mal y por la puerta de atrás.
Entonces, qué podemos sacar de aquí.
Lección 1.
El comportamiento rebelde de Ronaldo posiblemente esté motivado por tres emociones.
Por un lado, la rabia, quizás por no sentirse igual de valorado que antes.
Por otro, el miedo a perder ese reconocimiento externo, que alimentaba su reconocimiento interno o autoestima.
Es como si al perder su trabajo, su fuente de éxito profesional, estuviera perdiendo todo su valor como persona.
Fuera del futbol no valgo nada, soy uno más. Y esa pérdida genera otra emoción más, tristeza, con el dolor asociado.
¿Cuántas personas entran en depresión cuando se jubilan?
El error habitual aquí es que asociamos todo nuestro valor e identidad al trabajo. Si no trabajo, no valgo nada.
Y cuando nos dejamos llevar y cegar por las emociones, ya se sabe lo que pasa.
Un final triste puede arruinar una carrera brillante. Siempre nos quedamos con lo malo.
Lección 2.
A mí las situaciones conflictivas y difíciles son las que me apasionan trabajar.
Porque es ahí donde somos más emocionales y más podemos aprender de las emociones.
Solo un tip sencillo.
Cuando alguien se comporta con rebeldía, o hace un Ronaldo jajajajaja, la reacción externa normal es la de rechazo, evitar a la persona o incluso la de “entrar al trapo”.
Lo malo es que caer en esas reacciones emocionales por nuestra parte solo agrava la situación.
La clave es ser capaz de ver más allá. De interpretar las emociones y pensamientos de esa persona herida (en su autoestima) y que patalea. De empatizar con ellas.
Esa persona necesita sentirse escuchada. Necesita liberarse. Necesita compresión. Necesita cariño. Necesita una conversación.
Eso sí. Conducir una conversación de ese tipo donde hay que derribar murallas requiere de sensibilidad, tacto y mucha preparación. No vale buscar el momento e improvisar.
¡Que tengas un gran día!
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