Qué es la inteligencia emocional. Todo lo que debes saber

Qué es la inteligencia emocional y su importancia

A pesar de que hace 30 años que se habla del concepto de la Inteligencia Emocional la verdad es que aun la mayoría de la gente no conoce este término con claridad ni le da la importancia que realmente tiene. 

Y es cierto que hay cientos de libros y artículos escritos sobre la materia pero en muchas ocasiones los autores caen el defecto profesional de utilizar palabras técnicas que dificultan la comprensión y desaniman al lector.

Por esto mi objetivo principal con este artículo es explicar con palabras muy sencillas qué es la inteligencia emocional y aportarte varios ejemplos cotidianos para que puedas darte cuenta del valor que tiene.

Comencemos con una definición sencilla:

“La inteligencia emocional la podemos expresar como la capacidad de gestionar las emociones (propias y ajenas) de forma inteligente

¿Qué significa de forma inteligente?

Sencillamente que seas tú el que toma el control en cada momento y decida la forma correcta de actuar en cada situación.

Es decir, que frente a cada situación de tu vida, te pares, pienses y tomes el control de tus decisiones. 

Y fíjate la importancia de esto. Las decisiones te pueden hacer triunfar o estrellarte. Hay decisiones que pueden cambiar tu vida por completo y otras arruinarla.

Se dice que tu presente es la consecuencia de las decisiones que tomaste en el pasado mientras que el futuro será la consecuencia de las decisiones que tomes a partir de ahora. Así de claro. 

En el mundo financiero, por ejemplo, se sabe que la gestión emocional es imprescindible para el éxito. 

Perder el control y tomar malas decisiones en los momentos de más agitación te pueden llevar a perderlo todo. El peor problema del inversor, incluso su peor enemigo, es él mismo.

Entonces, el rumbo de tu vida depende de las decisiones que tomes en cada momento y ya sabes que en esas decisiones afectan tus emociones.

No es lo mismo tomar una decisión bajo estrés, en caliente, con tristeza o eufórico que tomar una decisión con la cabeza fría, calmada, en paz.

De hecho, por muy racionales que pensemos que somos, más del 80% de las decisiones diarias las tomamos de forma impulsiva, emocional, reaccionando sin pensar.

Así que ahí tienes la que para mí es una de las razones fundamentales de porqué es importantísimo desarrollar la inteligencia emocional. 

Porque las emociones son como animales salvajes, si las entrenas son fiel compañeras sino se vuelven contra su dueño.

De ahí de esta magnífica cita de Lao Tse que dice: “El que domina a los otros es fuerte pero que se domina a sí mismo es poderoso”.

Cuando no dominamos nuestras emociones, vivimos arrastrados por ellas, y eso no es vivir, es sobrevivir o malvivir. 

¿Para qué sirve la Inteligencia Emocional?

No solo se trata de tomar el control de tus decisiones para actuar de forma correcta en vez de reaccionar de forma automática, impulsiva o precipitada perdiendo el control.

En las formaciones de inteligencia emocional comparto otras utilidades, por ejemplo:

  • Que puedas elegir voluntariamente tu forma de ver y leer las circunstancias, para que cuando sean negativas no te afecten y vivas en una montaña rusa.
  • Que sepas cómo gestionar cada emoción rápidamente en vez de quedarte atrapado en ella afectando a tu humor, estado de ánimo y relaciones con los demás.
  • Que sepas cómo expresar y transmitir lo que sientes de manera adecuada en vez de guardártelo dentro y hacerte daño.
  • Qué sepas cómo ayudar e influir positivamente en la motivación y emociones de otras personas. 

Y para mí otro uso fundamental y tan poderoso como el de la toma de decisiones. El que puedas controlar y regular el estrés voluntariamente para que no dañe tu salud.

Sí, repito, tu salud. 

Gestionar una emoción correctamente te ayuda a recuperar la paz, la tranquilidad, te libera de la angustia y del dolor y puede transformar tu forma de ver la realidad. 

De hecho, la psiconeuroendocrinoinmunología, vaya palabro, estudia la relación entre las emociones y la salud. 

Y qué es lo más interesante, que se ha demostrado que las emociones modifican tu capacidad inmunológica.

Cada emoción tiene su bioquímica, y o bien pueden enfermarte y agravar problemas de salud o por el contrario pueden ayudarte a remitir enfermedades.

Por lo que las emociones tienen muchísimo más impacto en tu vida de lo que te crees. Incluso si lo llevamos al terreno laboral, te comparto un caso real de un directivo que pasó por la formación:

Antes con los conflictos me alteraba mucho pero no expresaba mis sentimientos, me los guardaba para mí y me los llevaba a casa, eso era lo peor.

Ahora cuando me estoy calentando me acuerdo automáticamente del semáforo, paro, reflexiono un poco, continuo trabajando y cuando tengo un momento de tranquilidad hablo del problema con la persona.

Cuando no estoy contento con mi vida actual, cojo mi cuestionario, lo relleno y cuando llegas al final te das cuenta de que la solución está en tus manos, puedes influir en tu entorno, tú mismo puedes cambiar tu forma de pensar.

En definitiva, aprender a gestionar tus emociones, aprender su lenguaje, te abre un nuevo mundo y mejora drásticamente tu calidad de vida.

Cómo se gestionan las emociones. Componentes que integran la inteligencia emocional

La mayoría de la gente realmente no sabe gestionar sus emociones y mucho menos influir positivamente en las de los demás

Se confunde la palabra “gestión” con “control” y lo que solemos hacer cuando sentimos emociones desagradables es contenerlas, reprimirlas, ocultarlas (de cara a los demás), evitarlas (con distracciones pasajeras) o anestesiarlas con fármacos. 

Y te puedo asegurar que no hay nada que haga más daño a tu salud. Las emociones son como fuerzas biológicas que cuando no son canalizadas correctamente tienen consecuencias directas.

Entonces ¿qué significa realmente gestionar una emoción?

La gestión emocional es un proceso que involucra al menos 5 pasos o habilidades:

1. Conciencia: ser capaz de darme cuenta de que estoy sintiendo una emoción, poder identificarla y ponerle nombre.

Este paso de por sí ya es difícil porque la mayor parte del tiempo vamos en piloto automático, sin prestar atención a cómo nos sentimos. Normalmente tan solo nos damos cuenta de los cambios bruscos de humor, por ejemplo cuando algo nos pilla por sorpresa, nos dan una mala noticia o nos dicen algo que nos hiere.

2. Control: la capacidad de controlar o contener la reacción automática o impulsiva de las emociones.

Por ejemplo hay personas que se consideran de mecha fácil y que estallan a la mínima de cambio. El estrés y cansancio físico también merman nuestra capacidad de autocontrol.

3. Regulación: la capacidad de rebajar o modular el nivel de tensión que genera la emoción.

Es decir, si me siento bloqueado por el miedo, excesivamente tenso por la rabia o simplemente hundido por la tristeza, necesito hacer algo que me permita salir de este estado, despejarme, liberar tensión y recuperar la calma.

4. Reflexión: la capacidad de escuchar, analizar y entender la emoción o emociones que estoy sintiendo, separarlas y detectar sus necesidades.

Sin duda este es de los pasos más complejos porque no hemos sido educados en inteligencia emocional. Al igual que el dolor es un indicador o alerta de un daño que estás sufriendo, cada emoción que sientes es una alerta de una necesidad que requiere tu atención. 

5. Decisión: la capacidad elegir la forma más adecuada y sensata de actuar en cada circunstancia.

La introspección del paso anterior te facilitará el tomar la mejor decisión y actuar en consecuencia.

Gestión básica de las emociones

Este proceso de gestión emocional que te acabo de describir es lo que yo le llamo “gestión básica” orientado principalmente a recuperar la calma con cada gestión y facilitar la toma de decisiones.

Adicionalmente este proceso se puede ajustar en función de cada circunstancia.

No es lo mismo gestionar la emoción en caliente, es decir, en plena hora punta, que hacerlo en frio, por ejemplo, horas más tarde de ese momento pico de tensión.

Con la educación y entrenamiento emocional se aprenden diversas herramientas para cada situación.

Por último, está también lo que yo llamo “gestión avanzada” donde miramos a las emociones como maestras de vida y el objetivo de la gestión es evolucionar y aprender de la emoción, es decir, ¡puro crecimiento personal! 

Ejemplos de inteligencia emocional en el trabajo

Te voy a poner varios ejemplos para que entiendas el impacto que tienen las emociones en nuestra vida laboral.

Y para que entiendas la enorme magnitud de las emociones, me voy a limitar exclusivamente a una única emoción, el miedo, en 3 situaciones concretas para poder profundizar en ellas.

Pero fíjate que voy a dejar de lado ahora otras emociones como la rabia, la culpa, la impotencia o la tristeza. Es decir, se podría escribir un libro entero solo hablando del impacto de las emociones en el trabajo.

Gestión del miedo

Comencemos entonces con una breve explicación del miedo:

El miedo es una emoción que aparece cuando pensamos que no estamos preparados para afrontar una situación (el otro es más fuerte, no tenemos las capacidades ni el control, etc.)

Ante esa interpretación (negativa) aparecen las dudas sobre nosotros que nos generan esa sensación tensa de inseguridad y estrés.

En cierta manera con el miedo nos infravaloramos y automáticamente nuestra mente comienza a imaginar los posibles peligros que podrían sucedernos (el famoso “y si…). 

Con esas películas mentales que nos parecen reales como la vida misma y nos creemos a pies juntillas, nuestro cerebro comienza a liberar adrenalina, que prepara nuestro cuerpo para correr, esconderse y ponerse a salvo, en definitiva, sobrevivir y recuperar la seguridad.

Hasta aquí el funcionamiento desgranado de lo que nos sucede cuando sentimos miedo. 

Vamos a por los ejemplos cotidianos. 

El miedo al rechazo

¿Cuántas veces no aplicas un puesto de trabajo por pensar anticipadamente que no estás lo suficientemente preparado? ¿Cuántas oportunidades que podrían cambiar tu vida para mejor dejas escapar por ese miedo encubierto que no gestionas?

Últimamente hablo con mucha gente que me dice sentirse insegura, que no se valora lo suficiente y como consecuencia evita aplicar a puestos de trabajo por miedo ser rechazados, con el consiguiente dolor que podrían sufrir.

Lo malo es que cuantas más oportunidades dejas pasar por miedo, más se hunde tu autoestima y entras en un círculo vicioso del que cada vez es más difícil salir. Esto suele ocurrir porque tampoco sabemos valorarnos de forma objetiva. 

Vinculamos nuestro valor a circunstancias externas (tener trabajo, el puesto que tengo, cuanto gano, logros puntuales, etc.) y no a nuestras capacidades reales de aportar valor

Si seguimos con este ejemplo de miedo al rechazo, imagina ahora que te has lanzado a por el puesto, aplicaste y te llaman para una entrevista.

¿Cómo te afecta ese miedo a no ser elegido en la entrevista?

El miedo genera inseguridad porque por mucho que te prepares es imposible controlarlo todo.

Si el miedo no sabemos gestionarlo se transmite hacia fuera en forma de nervios, inseguridad y en nuestra forma de expresarnos y vendernos.

¿He dicho vendernos? Date cuenta de que si tú eres el primero que no se valora ¿cómo vas a ser capaz de venderte? 

Esa falta de confianza se traduce en desconfianza del reclutador y es muy probable que afecte negativamente en su decisión. 

Al final, profecía autocumplida. 

La película de nuestra mente se hace real, no somos elegidos y viene nuestra decepción, y lo peor, ¡el refuerzo de la creencia de que valemos poco!

Otros ejemplos de miedo al rechazo en el mundo laboral

¿Cuántas veces no hablas en una reunión por miedo a que te critiquen o desaprueben tu aportación? ¿Qué consecuencia tiene para ti el no participar ni hablar en público en las reuniones?

Normalmente y esto pasa desapercibido para la mayoría de la gente, cada vez que nos dejamos llevar por el miedo y evitamos exponernos y afrontar una situación, la consecuencia inmediata es un impacto negativo en nuestra autoestima

Cuantas más veces lo hacemos más hundimos esa autoestima. 

El doble impacto negativo es la percepción que se genera inconscientemente en el exterior. 

Cuando los demás ven que no participamos, suelen interpretar falta de interés, falta de valentía o simplemente falta de capacidad. 

Conclusión, una percepción negativa que afecta cuando surgen posibilidades de promoción, de aumento de salario, etc.

Consecuencias de la falta de inteligencia emocional en el trabajo

¿Cuántas veces dices que SÍ a todo el mundo menos a ti mismo?

Esta es la principal causa por la que la gente abandona y cuestiona el valor de la gestión del tiempo. Piensan que gestionar el tiempo solo es planificar la agenda del día, decidir las tareas que queremos hacer pero olvidan las decisiones más importantes.

Las que tomamos de manera impulsiva y sobre la marcha cuando comienzan las interrupciones externas, es decir, el pan nuestro de cada día.

Porque por mucha planificación que hagamos, fallamos en anticipar las interrupciones y el cómo gestionarlas, por lo que quedan a merced de nuestro nivel de estrés y saturación mental.

Y el estrés y la fatiga mental debilitan nuestra fuerza de voluntad y nos hacen más vulnerables al entorno.

Pero el principal problema en la gestión de las interrupciones que rompen nuestros planes no es el estrés, es el miedo a la reacción negativa de la otra persona

Cuando nos interrumpen la primera emoción que nos asalta es la rabia porque la interrupción rompe nuestra concentración, nos genera tensión. Inmediatamente después, cuando atendemos la interrupción, aparece el miedo. 

El miedo a la reacción negativa de la otra persona, a hacerle daño, a que ese daño afecte a su valoración de nosotros y que finalmente esa pérdida de valoración externa nos haga daño a nosotros. 

Aunque te parezca increíble todo ese circuito se activa dentro de nosotros de manera automática y la intensidad del miedo dependerá de nuestra relación con el interlocutor, el grado de afinidad que tengamos con él y la importancia que este tenga para nosotros.

Si el que nos interrumpe es un jefe o un cliente importante no será lo mismo que me interrumpa un compañero o un proveedor externo.

En cualquier caso y para terminar, la consecuencia negativa para nosotros de ese miedo es que tendemos impulsivamente a decir que sí.  Atendemos las peticiones de los demás y sacrificamos nuestros planes. 

Perdemos el control del tiempo y caemos en ese túnel del “no he parado en todo el día y no he hecho nada de lo que quería hacer”. 

Al final echamos el doble de horas, sacrificamos nuestra vida personal y familiar y nos quedamos con la profunda decepción de no estar viviendo la vida que queremos vivir

Creyendo incluso que no podemos hacer nada porque la culpa la tienen los demás…

No te apures, es lo que le pasa a la mayoría de la gente porque es más fácil dejarse llevar por la corriente que nadar en su contra. Lo bueno de estar aquí, es que todo esto tiene solución y se llama Inteligencia Emocional. 

Cómo desarrollar la Inteligencia Emocional de forma eficaz

Cuando hago esa pregunta en las formaciones me suelen venir 3 respuestas: la escuela de la vida, los libros y la educación emocional. 

La vida es una gran escuela pero el aprendizaje es lento y muchas veces doloroso. Aprendemos por ensayo y error y sólo nos planteamos el compromiso serio de cambiar cuando la vida nos da un golpe fuerte.

Además, la mayoría de los aprendizajes de la vida, tras tener experiencias negativas, son de supervivencia o evitación, es decir, sufro un acontecimiento doloroso y el aprendizaje rápido que obtengo es evitar ese tipo de situaciones. 

Por ejemplo, a todos nos pasó de pequeñitos que alguna vez en el colegio levantamos la mano, preguntamos, se rieron de nosotros y a partir de ese bochorno nos resistimos a volver a levantar la mano. 

Es una de las principales causas del miedo a hablar en público que sufre el 80% de la población. Y si evitamos hablar en público nunca desarrollaremos la capacidad de hacerlo con maestría. 

La segunda opción favorita son los libros, donde podemos ganar muchísimo conocimiento y comprensión sobre nuestras emociones

El inconveniente es que el conocimiento sin aplicación no se transforma en habilidad y sinceramente conozco poquita gente con la disciplina y perseverancia necesarias para aplicar las herramientas de forma consistente. 

Porque aprender a gestionar tus emociones es como aprender a hablar un idioma. 

Requiere de compromiso, estudio, disciplina, muchísima práctica y constancia. Eso sí, por mi experiencia personal, no hay inversión de tiempo similar que pueda aportarte tanta satisfacción, salud, crecimiento y calidad de vida. 

Así que respondiendo a la pregunta, la mejor manera de aprender a gestionar las emociones que yo mismo he experimentado es mediante cursos de formación.

Eso sí, asegúrate de que la formación te proporcione las herramientas, el conocimiento de cómo aplicarlas y el apoyo, seguimiento y tutorización para ponerlas en práctica en tu vida real.

Una buena formación será como un viaje a tu interior que te permitirá redescubrirte, entenderte y conocerte mucho mejor a ti mismo. El resultado: mejorar tu calidad de vida personal y profesional.

¿Qué es y cómo me puede ayudar la Ingeniería Emocional?

“Puedes transformar tu forma de ser en la vida cambiando tu forma de pensar”. Dr. Mario Alonso Puig.

La Ingeniería emocional es un enfoque práctico y simplificado de otras disciplinas (psicología positiva, PNL, neurociencias, coaching, etc.) donde se ha realizado un trabajo de selección y síntesis para extraer los conocimientos y herramientas necesarios para gestionar nuestras emociones.

El resultado ha sido lograr una metodología sencilla de análisis y depuración constante donde cada gestión te permite crecer, hacerte más fuerte, con mayor seguridad y confianza en ti mismo.

Adicionalmente se han definido 5 niveles de competencia y más de 20 indicadores para diferenciar dichos niveles y que puedas medir progresos.

De esta manera te aporta un sistema de entrenamiento gradual y una guía estructurada de cómo avanzar paso a paso.

¿Cómo formarme en Ingeniería Emocional?

El curso online de Ingeniería Emocional se ha diseñado como una opción accesible, práctica e interactiva que ayude de verdad a ponerte en acción y lograr resultados reales.

Un curso que puedes desarrollar a tu ritmo desde cualquier parte del mundo o acompañado de un grupo de personas y con sesiones de coaching en directo.

En el curso vas a aprender cómo funcionamos las personas, cómo reinterpretar la forma de ver la realidad, cómo cuestionar pensamientos perturbadores y cómo gestionar tus emociones de forma eficaz y duradera para que tu salud no se vuelva a ver tan afectada ni te permita bajar del nivel en el que te encuentres.

Al igual que cuando aprendemos una lengua extranjera, el objetivo del curso es ayudarte a pasar de un punto “A” desde el que partimos con cero conocimientos, a un punto “B” donde puedas hablar el idioma con fluidez.

Es un trabajo precioso, consistente, donde poco a poco vamos aflorando toda nuestra grandeza, todo nuestro ser

Dr. Mario Alonso Puig

Adicionalmente este curso te permite desarrollar y potenciar las habilidades profesionales más solicitadas en estos tiempos en el mercado laboral: la resiliencia, el liderazgo, el optimismo, la asertividad, etc.

A finales del año pasado tomé una decisión que revolucionaría por completo mi forma de observar la realidad que me rodea y la mía propia. Decidí realizar el curso de Inteligencia Emocional impartido por Víctor Pacheco Bernal

En ese mismo instante, me embarqué en un viaje interior que me ha hecho crecer y madurar mucho más como persona. Un viaje que sin duda recomendaría a todos aquellos que desean mejorar su vida y la de las personas que los rodean.

Cristina Canosa

¿Dónde puedo inscribirme?

Actualmente sólo hacemos una edición del curso al año pero puedes realizar de forma gratuita la versión LITE.

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Víctor Pacheco Bernal
Víctor Pacheco Bernal
Formador especializado en gestión de emociones y equipos, con más de 15 años de experiencia directiva en varios países. Director de la Consultora Activa Talento. Profesor de habilidades directivas de varias escuelas de Negocio. Ingeniero Técnico de formación. Master MBA en Dirección y Administración de Empresas, Master Internacional en Coaching, Coach profesional certificado por la ICC y ASESCO, Trainer de PNL acreditado por la NLP International Trainers Academy (Londres).

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Cómo tomar decisiones para controlar lo que sucede en vez que lo que sucede controle tus decisiones.